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El ‘profe’ Sebastián Chávez, la historia de un emprendedor

“El emprendimiento es una herramienta para promover el desarrollo personal, humano, comunitario y económico. También, es un elemento que puede ayudar a aliviar la pobreza a través de la creatividad y la innovación”, afirma el docente.

Ese día Sebastián se levantó muy temprano, desayunó un tinto, y salió de su casa con la expectativa de una nueva jornada que, sin saberlo, le cambiaría la vida. Tomó un Transmilenio y tras dos horas de viaje, llegó al portal del Sur. Una vez allí, cogió un bus que subía lentamente por una loma inclinada, en el trayecto, observó, de un lado, la imponente vista panorámica de Bogotá y del otro, un sector deprimido, con una serie de casas hechas de lata.

Cuando llegó al lugar, quedó conmovido por la amabilidad de las personas que lo recibieron, en su mayoría gente humilde. Él era el tallerista y llegaba a impartir una capacitación en una población vulnerable de Altos de Cazucá. Acababa de graduarse como Diseñador Industrial de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y ese era uno de sus primeros trabajos, producto de su tesis.

La actividad consistía en construir el nombre y la imagen corporativa de una microempresa de reciclaje con sede en aquel sector. Fue tal su pasión trabajando con la población que el director de la Fundación Amsa, una organización para el emprendimiento promotora del taller, lo invitó a ser voluntario.

“Esa experiencia fue una revelación para mí. Me di cuenta de que, aunque es muy positivo llevar conocimiento a la comunidad, al final del día son muchísimos más los aprendizajes que estas personas nos dejan”, dice Sebastián.

A partir de ese momento su camino cambió, se dedicó a trabajar como voluntario con personas de escasos recursos.

 

Tiempo después llegaría su mejor oportunidad; el director de Amsa lo envió a California para compartir con una red de donantes y conseguir recursos. Aunque nunca había vivido una situación similar, y fuera de todo pronóstico, regresó al país con 50.000 dólares para invertir en la fundación.

A partir de ese momento, se vinculó laboralmente a la organización y fue escalando cada vez más. Al cabo de unos años, Sebastián se interesó por la docencia y se presentó a diferentes convocatorias, fue así como llegó al Centro de Empresarismo y Emprendimiento de la Fundación Universitaria Los Libertadores.

“En la Institución he tenido una experiencia transformadora, he conocido gente maravillosa y he conectado con mis estudiantes desde lo personal”, afirmó el profesor.

Actualmente, y con tan solo 31 años, el docente dirige la Fundación Amsa en Altos de cazucá e inspira a sus estudiantes para que inicien un emprendimiento social que impacte a la comunidad.

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