Seguimos registrando grandes noticias para la Institución: gracias al talento investigativo y a la dedicación de nuestros profesores, la Fundación Universitaria Los Libertadores está en camino a tener su primera patente, se trata de un nuestro sistema de tratamiento de agua con celulosa bacteriana. Esto se logró mediante la aplicación a una convocatoria del Ministerios de Ciencia y Tecnología en la que nos apoyaran en para registrar nuestro sistema de tratamiento de agua con celulosa bacteriana.
Para conocer más sobre este proceso, hablamos con Uriel Fernando Carreño, líder del proyecto, investigador de tratamientos alternos de aguas residuales y profesor de nuestro programa de Ingeniería Industrial.
¿En qué consiste la patente?
Uriel Carreño: En la Fundación Universitaria Los Libertadores hemos trabajado por 10 años en un prototipo efectivo y de bajo costo, se trata de una biomasa de celulosa bacteriana que absorbe el cromo u otros metales pesados que se encuentren en el agua, los retiene y de esa manera purifica las fuentes hídricas que tienen esos compuestos.
Los metales pesados tienen una carga positiva, nuestra biomasa de celulosa bacteriana tiene una negativa, usamos esa diferencia de cargas para limpiar el agua de estos metales.
¿Por qué la importancia de esta patente?
Uriel Carreño: El agua es uno de los recursos naturales más importantes del planeta, pero a pesar de considerarse como un factor fundamental para la generación y la conservación de la vida, los procesos industriales, de manufactura y el estilo de vida del hombre, está contaminando severamente los recursos hídricos. Un futuro sin fuentes de agua potable es cada vez más probable.
En Colombia existe un alto nivel de contaminación de aguas, están cargadas con metales pesados y colorantes que provienen de procesos industriales. Un ejemplo son las curtiembres ubicadas al sur de Bogotá, en su fabricación de pieles usan grandes cantidades de cromo, pero no tratan sus aguas residuales. Generalmente los procesos de tratamiento de aguas son costosos, lo que hace que muchas empresas no lo implementen en su sistema de producción. Cuando elementos como el cromo -que en grandes cantidades es tóxico- llegan a los ríos se genera un grave impacto ambiental.
Esos elementos contaminantes al entrar en contacto con los peces y plantas acuáticas las envenenan y van ocasionado un daño ambiental y social.
Así como nuestro prototipo le puede servir al sector de curtiembre, estamos seguros de que ayudará a otros sectores como el de pintura, a futuro queremos que la biomasa de celulosa bacteriana pueda incluso absorber el mercurio que se genera por la minería ilegal, esta es una de las principales fuentes de contaminación y envenenamiento del país.
¿Qué tan difícil es patentar un producto?
Uriel Carreño: Cuando se patenta un producto, una tecnología o una investigación lo que se busca principalmente es reconocer y proteger la autoría de ese trabajo. La pasión, el tiempo y el esfuerzo requeridos para crearlos es mucho, una patente significa el reconocimiento investigativo, ese trabajo abre caminos comerciales, mejora el relacionamiento con el sector y, en nuestro caso, sirve para ayudar a la sociedad a cuidar el recurso más importante de todos, el agua.
El proceso para tramitar una patente no es fácil, es un camino jurídico largo y complejo, por eso, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación junto con la Corporación Tecnnova hacen convocatorias como Crearlo no es suficiente 2.0. Su meta es que personas y organizaciones se presenten con los proyectos que consideran que pueden ser patentados y quienes queden en reciban ayuda económica y asesorías destinadas al registro de su patente.
¿Cuál es el paso a seguir?
Ya presentamos nuestro prototipo, por medio de filtros se establece su relevancia y funcionamiento, en la fase de evaluación de la patente tuvimos una calificación perfecta, 100 sobre 100. Estamos a la espera del paso a seguir de la convocatoria, en unos cuatro meses ya tendríamos la primera patente libertadora.
Este logro de la Fundación Universitaria Los Libertadores responde a nuestro espíritu investigativo y al compromiso social que nos caracteriza. Como institución nos enorgullecemos por el equipo de profesionales que tenemos y sus esfuerzos han hecho posible este momento.
Daniel Espitia, periodista de la Dirección de Comunicaciones.