Un haitiano, un venezolano y un británico hacen parte de la planta docente de la Institución y comparten sus saberes en múltiples temas, como el inglés, el francés e la ingeniería aeronáutica, con la comunidad educativa. Con su presencia enriquecen la apuesta institucional por una formación global.
“Estamos iniciando un proceso que pretende vincular a todos los ciudadanos extranjeros de la Institución y, de este modo, asegurar su bienestar. También queremos visibilizar nuestra apuesta, cada vez más fuerte, por construir una comunidad de ciudadanos globales”, aseguró Carolina Gutiérrez, líder de la Dirección de Relaciones Interinstitucionales (DRI).
“Actualmente contamos con un pasante italiano y, hace poco, una ciudadana británica estuvo estudiando idiomas con nosotros”, agregó.
Los tres docentes extrajeros han participado en diferentes actividades de internacionalización relacionadas con currículo y bilingüismo, entre otras. La primera consiste en incluir saberes globales dentro de una asignatura determinada. La segunda tiene como propósito crear un vínculo permanente entre los estudiantes y las lenguas extranjeras.
¿Quieres conocer más sobre la vida de nuestros docentes extrajeros? Te invitamos a leer sus historias.
Jean Gary – Haití
El docente, que trabaja en el Centro de Idiomas de la Institución, recuerda que su infancia transcurrió entre cabinas de radio, una de sus grandes pasiones. En ese tiempo, también iniciaría su gusto por el inglés, el francés y el español.
Jean visitó por primera vez Colombia cuando tenía 17 años y, tras enamorarse de una bogotana, se quedó para estudiar Química Industrial. A la par, inició su carrera de Comunicación y Relaciones Públicas, con énfasis en Periodismo.
Tiempo después, volvería a su tierra para dedicarse a la radio y la televisión. También trabajó como consultor de la empresa petrolera Shell. El terremoto de Haití lo cambiaría todo y fue, precisamente, el punto de giro para regresar a Bogotá, la ciudad en la cual se ha desempeñado como docente de idiomas desde hace seis años.
“Lo que más me gusta de ser profesor en Los Libertadores son las personas que trabajan aquí, son estrictos y cumplidos, eso me encanta. Además, he recibido todo el apoyo que un extranjero puede necesitar”, afirma.
Eduardo di Rodolfo – Venezuela
Nacido en Mérida, una ciudad cosmopolita y turística, rodeada por las majestuosas montañas de Los Andes venezolanos, el profe Eduardo heredó el amor por la pintura de su madre y la pasión por la lectura de su padre.
Llegó a Colombia hace más de 15 años para iniciar su maestría y jamás regresó a su país natal, excepto para visitar a los suyos. Aquí lo ha encontrado todo: estudio, amigos y la posibilidad de realizar su sueño de ser profesor, un deseo que alberga desde niño.
Más allá de su oficio en el Centro de Idiomas de Los Libertadores, Eduardo es, en esencia, un artista: le gusta pintar y tiene sensibilidad por el arte, especialmente la pintura surrealista. Aunque luce bastante tranquilo y conservador, el metal es el género musical que le mueve el alma, sobre todo el de inicios de los ochenta.
Phillippe White – Inglaterra
A Phillippe le encantaban los aviones a muy temprana edad. No solo estaba interesado en el sueño de volar, sino también deseaba saber sobre aeronaves: cómo funcionaban y cuáles eran sus diseños. A la edad de 16 años, aprendió a pilotar e, incluso, se postuló a una carrera militar en esa área.
Sin embargo, la vida le mostró otro camino: estudió Ingeniería Mecánica en la Universidad de Sheffield, al norte de Inglaterra. Todos sus estudios se basaron en aportes técnicos para diferentes tipos de aeronaves.
En la ciudad de Toulouse, al sur de Francia, y mientras trabajaba como ingeniero de proyectos para la empresa Airbus, conoció a la mujer colombiana que se convertiría en su esposa.
Recientemente, llegó a Bogotá y encontró trabajo como docente en el Programa de Ingeniería Aeronáutica de Los Libertadores, una institución en la que, además de enseñar, ha podido desarrollarse como investigador y trabajar en los diferentes aspectos de una aeronave.