Sébastien Foucan, uno de los creadores del parkour, viajó desde el Reino Unido para contarle a Los Libertadores no solo cómo se practica el parkour, disciplina física basada en la capacidad motriz para superar obstáculos físicos, sino a explicar el fundamento de su práctica y la razón por la que él la considera un modo de vida.
¿Cómo inició esta disciplina?
Empecé esto jugando con mis amigos en 1989. Nunca tuvimos la noción de crear algo especial. Me gusta decir que mi historia es la de una persona que tuvo poca confianza en sí mismo y que descubrió una práctica que le permitió encontrar su confianza y propia fuerza interior.
¿Cómo definiría al parkour?
Es, para mí, la forma más pura de la actividad que puedes encontrar, porque no requiere equipamiento, eres tú y tu cuerpo, y es altamente funcional, entonces lo que haces en parkour es algo muy natural, porque se trata de ti y tu entorno. Esta disciplina te permite reclamar tu espacio: una banca ya no es una banca, un árbol no solo es eso… El mundo entero se convierte en tu campo de juego.
El Parkour para mí es una buena guía, porque enseña a reconocer las barreras, qué son los límites, qué está bien, qué está mal, qué es peligroso y qué no lo es y sobre todo, el respeto por el entorno. Mentalmente te da estabilidad gracias a la sensación de miedo y riesgo cuando encuentras un obstáculo. En ese momento, comienza tu lucha interna, es cuando empieza el ensayo y error, pero cuando superas el obstáculo del miedo, descubres tu capacidad.
Sébastien compartió con estudiantes de Los Libertadores y de otras universidades sus conceptos sobre esta disciplina.
¿Cómo entrena?
Yo siempre estoy experimentando. Me considero un explorador. Tengo un concepto distinto del entrenamiento, porque veo la diferencia entre practicar y entrenar. Para mí, entrenar sin ningún propósito es inútil. Entrenar requiere un sacrificio para lograr algo y está relacionado con la idea de compromiso y disciplina. Yo no entreno todo el tiempo, usualmente practico. Es como una espada samurái, que no afilo todo el tiempo, pero siempre la cuido y si algún día tengo que usarla, la prepararé un poco más pero como la limpié y cuidé, afilarla será un poco más simple. En mi práctica diaria, sigo mis sentimientos es decir si estoy cansado, descanso, si estoy emocionado y me quiero mover pues me muevo.
El entrenamiento es muy específico y no sólo tiene que ver con el parkour. Para hacer la película de James Bond ,debí entrenar para superar el vértigo que siento en las alturas. Como lo dije, el entrenamiento es sacrificio, compromiso sobre algo específico, es saber cómo utilizas tu energía para estar preparado para tu objetivo.
¿Cómo evoluciona un practicante en esta disciplina?
Considero la madurez relacionada con estos elementos. Inicia con la edad de las raíces, cuando eres un principiante y eres curioso por todo. Después sigue la edad del fuego: estás motivado por tu deseo de probar algo y existe un afán por comprobar que eres el elegido. La edad del agua es cuando comienzas a encontrar un significado en lo que haces, pasas por un proceso muy largo, porque debes pensar por qué y si en realidad quieres hacerlo, es cuando todo empieza a fluir. Finalmente, la edad del aire que es cuando nos damos cuenta que no somos inmortales, algún día vamos a dejar de vivir, entonces empezamos a apreciar todo lo que tenemos.
Sébastien Foucan y Aurelio Martínez, coordinador del Gimnasio, durante el recorrido por las instalaciones de la Institución.
¿Cómo sucede esa transformación?
Creo que somos como una oruga y estamos arrastrándonos, tratando de entender quiénes somos, pero tenemos una voz dentro que nos dice que somos una mariposa. Lo que hizo el parkour conmigo es mostrarme claramente cuáles eran los obstáculos que no me permitían transformarme. Lo primero que debo hacer es darme cuenta de mi entorno y dónde están los límites.
¿Cómo usted se transformó?
Aprendí en la meditación y el entrenamiento. Me condicioné a mí mismo para enviarme mensajes de que podía hacerlo. Cuando era niño no era el más fuerte ni el más grande y mucho menos el más arriesgado. Esta práctica me enseñó cómo superar los obstáculos, abrazarlos, tomarlos, enfrentar los retos y superarlos. Solo cuando superas un reto logras transformarte.
Finalmente, Foucan terminó su recorrido por Los Libertadores dejando un valioso mensaje para los estudiantes.
A los estudiantes les digo: tienen que encontrar lo que les apasiona y nunca pierdan la fe. Puede sonar muy extraño, pero si eres positivo atraerás algo positivo. Tienes que creer en la idea de acción – reacción, porque es un poder de la naturaleza. Nunca pensé cuando era joven que estaría en una película de James Bond, trabajaría con Madona o estar en aquí en Colombia. Eso no estaba en mi cabeza, fueron circunstancias que transformé. Fue como lanzar una roca en un lago, se formaron ondas y cuando esas ondas tocaron un extremo volvieron a mí. No soy especial, todos tenemos esto en nosotros.