En el 2014, la Fundación Universitaria Los Libertadores inició un proyecto de tratamiento de las aguas contaminadas en las curtiembres del sur de Bogotá. Esta contaminación presente en cuerpos de agua recibió la atención de un grupo de investigación de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Básicas, liderado por el ingeniero industrial Uriel Carreño, docente de Los Libertadores, quien se ha dedicado por más de 5 años al estudio de la contaminación de las aguas en Bogotá.
Estudiando el vertimiento de cromo a gran escala en el río Tunjuelo, Uriel y su equipo de investigación lograron comprobar que la planta acuática Eichhornia crassipes, popularmente conocida como ‘Buchón de agua’, absorbe elementos contaminantes presentes en el agua en sus raíces y hojas. Con estos resultados, se puede utilizar una opción económica y viable para tratar las aguas.
Esta planta, caracterizada por absorber metales pesados como mercurio, aluminio, cromo, entre otros, también consume nutrientes presentes en las aguas residuales como nitrógeno, carbono, fósforo, ayudando a purificar las aguas residuales domésticas.
Uriel Carreño Sayago es ingeniero de producción con énfasis en biotecnología, magíster en Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, cursante del doctorado en Ciencias Ambientales y Sostenibilidad de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Él es el líder de la iniciativa que busca convertir el Buchón de agua en el medio más económico y natural para la ‘fitorremediación’ (descontaminación).
La planta acuática E. Crassipes es considerada como una especie invasiva -por su adaptabilidad a un amplio tipo de ecosistemas-, que afecta considerablemente el equilibrio natural de lagunas, lagos y otros cuerpos de agua. Un ejemplo de lo anterior es su fuerte presencia en humedales contaminados como el Juan Amarillo de la ciudad de Bogotá. Por esta razón, en el año 2016 se removieron cerca de 30 toneladas de esta especie.
Experimento de adsorción de cromo por parte del Buchón de agua. Se puede observar el cromo adherido a las raíces de la planta.
Sin embargo, a pesar de poder ser un problema, esta planta se podría utilizar en diferentes proyectos de fitorremediación y producción de biocombustibles. Así lo confirmó Uriel Carreño: “Su biomasa se ha desaprovechado en los humedales de la capital y, según nuestra investigación, se puede utilizar para la descontaminación de las aguas y la producción de biocombustible como bioetanol y biohidrógeno”.
La empresa Acueducto de Bogotá, después de conocer la investigación de la Fundación Universitaria Los Libertadores, liderada por el ingeniero Carreño, se interesó en apoyar esta iniciativa para utilizar el Buchón del en estos procesos.
La propuesta entre las dos instituciones se fundamenta en la creación de un humedal artificial cercano al Humedal Córdoba para controlar el crecimiento de la planta y evitar que las aguas residuales domésticas del sector lleguen al humedal natural y, así, iniciar el proceso de descontaminación de sus aguas.
“Esto tipo de filtro está basado en la tecnología utilizada en otros países como México, India y China para que absorba los nutrientes (nitrógeno, fosforo y carbón) que trae el agua. Es un recurso muy económico para purificar las aguas”, afirmó el ingeniero Carreño.
El Ingeniero tomando muestras de la Eichhornia crassipes (Buchón de agua) en el humedal, para posteriores procesos de experimentación.
Los análisis de laboratorio y la remoción del Buchón de agua estará a cargo del equipo del Acueducto de Bogotá. Por su parte, el grupo de investigación de Los Libertadores diseñará el prototipo de dónde irá la planta, el diseño hidráulico para la creación del humedal, la modelación de procesos y el control de calidad para el proyecto.
Se espera su implementación para septiembre de 2019, cuando se haya controlado el crecimiento de esta planta acuática y se descontamine un 70 % de aguas residuales del Humedal Córdoba, primera zona a intervenir en este proyecto. Se espera poder replicar esta iniciativa en otros humedales de Bogotá y zonas hidrográficas que se deban intervenir en Colombia.