Salir de la zona de confort, aprender dialectos ancestrales, poner los conocimientos al servicio de otros, conocer las raíces de Colombia, la música, el arte y acompañar los procesos que viven comunidades indígenas. Esa fue la experiencia del grupo de Voluntarios Libertadores, que desde febrero de 2022 a la fecha han acompañado a la Tullpa Yanakona en su proceso de reivindicación.
Con la convicción de aportar a la transformación social, los fines de semana 8 voluntarios de múltiples programas académicos y administrativos de Los Libertadores han llegado al parque Nacional y a los diferentes escenarios de Bogotá en donde están las comunidades, para trabajar con niños y grandes sin importar las limitaciones del lenguaje, pero con la disposición de contribuir y aprender sobre la cosmología, territorio, cultura y educación de la comunidad.
Uno de los llamados más representativos del trabajo fue realizado por el Centro Nacional de Memoria Histórica en noviembre, denominado «En minga por el Buen Vivir. En minga por el Sumak Kawsay. En minga por la Casa Grande». La invitación de la comunidad indígena de la Tullpa Yanakona, que inició con el levantamiento de la “Casa Grande” en Tenjo, Cundinamarca, y un año después la Minga de Resistencia en el Parque Nacional, en Bogotá.
A la cita llegaron los voluntarios, allí encontraron 90 familias yanakona que viven en diáspora en Bogotá. En este espacio recibieron talleres de elaboración de mochilas y tejidos en guanga (telar) tradicionales, presentaciones y muestra cultural de música y danzas, encuentros de memoria y tradición oral, y espacios deportivos, en los cuales participó el Voluntariado Libertador.
Al respecto, Ana María Rodríguez, coordinadora del Voluntariado Libertador de la Dirección de Proyección Social, resalta: “Fuimos invitados a la minga, porque hemos venido acompañando a la Tullpa Yanakona en su proceso de reivindicación. La minga fue la mejor oportunidad para aprender sobre cosmología, territorio, cultura y educación. Fue una invitación a compartir la vida con ellos, para de esta manera construir de la mano proyectos que atiendan su necesidad principal que es la reubicación en territorio rural”.
Qué es la Casa Grande
“El reclamo de esta comunidad de víctimas del conflicto armado sigue siendo el mismo: la posibilidad del acceso a la tierra para su reubicación, para levantar, por siempre y para siempre, su Casa Grande, en la que cabe el río, la montaña, el Sol, la chagra, donde se siembra el maíz y en la que vivir en armonía con las demás comunidades, la naturaleza y su espiritualidad” según informa el Centro Nacional de Memoria Histórica, organización que acompañó a la minga.
De esta manera, desde las acciones de proyección social como eje integrador de la docencia y la investigación con el ejercicio de la práctica, se busca aportar a la construcción social, dar respuesta los diferentes problemas y necesidades de la sociedad, en especial, de las poblaciones más vulnerables.