Cuando la Fundación Universitaria Los Libertadores abrió las puertas de su Gimnasio, ahora Centro de Cultura y Bienestar Universitario, se pensó en ofrecer un lugar para promover la práctica del acondicionamiento físico y ayudar a mejorar la calidad de vida de nuestra Comunidad Libertadora. No obstante, era difícil prever que este espacio sería la puerta de entrada a una vida sustancialmente mejor para nuestros estudiantes, en este caso, para dos de ellos. Esta es su historia.
Steven Prada, estudiante de octavo semestre de Derecho y Esteban Tobar, de Publicidad y Mercadeo, este año compartieron un gran propósito: bajar de peso. Este ideal, por muchos años postergado, en esta ocasión tendría la ayuda de Bienestar Universitario, una variable que les ayudaría a lograrlo. A continuación, ellos mismos nos cuentan su historia.
Esteban Tobar
Esteban cambió su vida gracia al Gimnasio Libertador.
“Empecé el gimnasio con mucha pereza. Nunca me gustó hacer deporte, pero este año quise hacerlo, porque ha pasado mucho tiempo y no he visto resultados. Monté bicicleta, jugué tenis, pero nunca lograba los objetivos y volvía a subir de peso. Me dije, quiero superarme, quiero saber hasta dónde puedo llegar. No tenía seguridad en mí mismo y eso me afectó en todos los aspectos. Me cansé de ser gordo. No quería esa vida, pero una mala costumbre se quita de a poquitos. La fisioterapeuta me ayudó mucho junto con la entrenadora. Cada tres meses tenía control. A nivel personal, me cuidé con las comidas y así cumplí mis objetivos”.
Steven Prada
Steven perdió gran cantidad de peso con la asesoría de las profesionales del Gimnasio.
“Fui obeso grado 2 desde el 2014 después de una crisis personal que me costó mucho superar. Cuando vi la báscula en 120 kilos, dije esto tiene que parar: mi vida necesita un cambio. Empecé con la bicicleta. Ese fue mi medio de transporte desde el 2015 y así logré perder 20 kilos. Este año arranqué con 99 kilos”.
“Lo más difícil fue encontrar la fuerza de voluntad. Hubo días que quise desistir, pero acá encontré un apoyo que me ayudó a continuar. La fisioterapeuta me dio pautas de entrenamiento y Milena, la entrenadora, me ayudó con mi rutina. Se tomaron el tiempo enseñando cómo debía hacerlo. Yo me veía igual, pero la fisioterapeuta me explicaba que estaba perdiendo grasa y ese seguimiento me animaba a seguir con mi esfuerzo”.
“Más que un cambio físico fue un cambio psicológico, porque fue un proceso y mi autoestima la recuperé poco a poco. Aún me falta muchas cosas, pero mi propósito para este año lo cumplí. Cuando la fisioterapeuta me dijo que ya no debía bajar más de peso fue una de las mejores noticias que me dieron en la vida. Hoy peso 79 kilos”.
Cuando nuestros estudiantes ingresaron al Gimnasio encontraron a un equipo humano comprometido con su meta. La valoración inicial de Gina Villán, nuestra fisioterapeuta, según ellos, marcó una diferencia con respecto a sus anteriores experiencias con la salud física. La disciplina y motivación de Milena, la entrenadora, fue relevante en su proceso de cambio.
Gina Villán
Gina trabajando con uno de nuestros estudiantes.
“En los casos de nuestros estudiantes primero se hace una valoración previa para conocer la parte osteomuscular y en qué condiciones se encuentran las personas. La valoración de antropometría (medidas y porcentaje de grasa índice de masa corporal) determina si la persona está en un peso ideal o no. Después de esto, hacemos unas rutinas de entrenamiento en conjunto con la entrenadora en las que se recomiendan intensidad, frecuencias y métodos de entrenamiento que ellos deben tener en cuenta, porque la rutina es personalizada”.
Milena Díaz
Milena, entrenadora, siempre pendiente de la correcta ejecución de los ejercicios.
“Yo intento motivar a las personas que vienen al Gimnasio. El trabajo en equipo que hacemos con Gina y sus valoraciones permiten una tarea completa. Yo reviso muy bien todo lo que ella describe en su diagnóstico, porcentaje de trabajo e intensidad para que la gente pueda llegar a cumplir su objetivo, que es lo más importante en mi trabajo. Indudablemente se generan muchos vínculos con las personas y así me comprometo más con sus objetivos como con Steven, quien había pensado lograr ese peso al finalizar diciembre, pero yo lo motivé para hacerlo con mayor intensidad y lo logró. El día que se pesó llegó a abrazarme. Estaba muy contento, porque lo hizo antes del tiempo estimado. Con todo esto me siento mejor profesional y mejor persona a la vez”.
Según el equipo de trabajo de la Coordinación del Gimnasio de Los Libertadores, estas historias de vida son las que motivan su compromiso diario: al ver la satisfacción de personas como Steven y Esteban, su trabajo no podía tener mejor retribución.
“Debes encontrar la razón en ti mismo, porque quieres ser mejor. Si haces el cambio por otra persona, no funciona, porque las personas van y vienen. Tú tienes que hacerlo por ti mismo. Tienes que amarte a ti mismo”, afirmó con total seguridad Steven y concuerda con Gina al reconocer que la actividad física es importante para ser saludable y mejorar la vida de las personas.
Te invitamos a participar en todas las actividades y a utilizar todos los espacios que el Gimnasio tiene para ofrecerte como parte de nuestra comunidad.